El sector forestal enfrenta un incremento en las necesidades de información sobre los bosques, por lo que el monitoreo forestal se ha convertido en un tema clave para los países, tanto para la elaboración de políticas nacionales de desarrollo como para mostrar avances en el cumplimiento de distintos acuerdos internacionales en materia forestal.
En la región mesoamericana, México ha sido uno de los países que, dada la importancia de sus bosques y biodiversidad en el contexto mundial, ha trabajado más fuertemente en el monitoreo de sus recursos. Es considerado un país megadiverso por la comunidad internacional (Kermez y Dirzo 1992, FAO 2014). En 2015, el país contaba con 66 millones de hectáreas de bosques, entre los que sobresalen los de coníferas, encinos y selvas; los bosques representan el 30 % de la superficie total del país (Inegi 2016). Sin embargo, estos bosques siguen amenazados por diversas actividades humanas, como la deforestación y degradación (Conabio 2009), las cuales constituyen fuentes de emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. En 2013, el 4,9 % del total de emisiones se debieron a cambios de uso de la tierra relacionados con pérdida de bosques (Inecc y Semarnat 2015).
Las experiencias de México en materia de monitoreo forestal y adopción de tecnologías representan un caso que puede ser analizado por los países de la región, ya que ofrecen lecciones importantes para el diseño de sistemas de monitoreo forestal. Este estudio tiene como objetivo analizar las experiencias de diseño, establecimiento e implementación de iniciativas de monitoreo forestal en México, incluyendo el uso y la transferencia de tecnologías para el monitoreo de los recursos forestales.
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